Alcalá de Henares, 21 de septiembre de 2022
Fiesta de San Mateo, apóstol
Queridos diocesanos de Alcalá de Henares:
Esta mañana, la Santa Sede ha hecho pública la aceptación de la renuncia de Mons. Juan Antonio Reig Pla como obispo de Alcalá de Henares. Al mismo tiempo, me ha nombrado Administrador Apostólico durante el tiempo en el que esta sede permanezca vacante en la espera del nombramiento del nuevo obispo diocesano.
En primer lugar, quiero expresar mi agradecimiento al Santo Padre por la muestra de confianza que esta misión supone. Como he ido descubriendo a lo largo de mi vida cristiana, la vida va creciendo en la confianza en la Iglesia, a través de la cual el Señor nos llama y va forjando nuestra vida en el fiat de María. Teniendo en cuenta nuestras capacidades, talentos y pobrezas, el Señor no deja de poner su mirada en nosotros confiándonos el cuidado de su tesoro más precioso, la Iglesia, llamada a ser testigo de su hermosa luz en medio de todos los hombres.
Quiero agradecer cordialmente a D. Juan Antonio su generosidad y entrega en los 13 años en los que ha servido como obispo de esta Iglesia complutense. Desde que fui nombrado obispo auxiliar de Madrid, hace 4 años, gracias a las reuniones de la Provincia Eclesiástica y de la Conferencia Episcopal Española, he tenido la ocasión de tratarle más de cerca y he podido experimentar su sencillez y su pasión por el anuncio del Evangelio. ¡Muchas gracias, D. Juan Antonio!
Inicio esta tarea con el deseo de serviros en este tiempo de espera en sede vacante. La diócesis de Alcalá de Henares no me es totalmente desconocida, especialmente gracias al trabajo compartido en la Provincia Eclesiástica en mi tiempo de delegado de juventud y de rector del seminario de Madrid. Esta es una diócesis joven y viva, en la que la familia resplandece como testimonio del amor fiel de Dios en este mundo, que no deja de darnos, una y otra vez, el don una vida nueva. Con todos vosotros: laicos, parroquiales y asociados de diversas formas; miembros de la vida consagrada, masculina y femenina, contemplativa y activa; seminaristas, diáconos y sacerdotes, seguiremos caminando para anunciar a todos en este tiempo la alegría que llena nuestro corazón por el encuentro con Cristo. Quiero hacer una especial mención a los jóvenes, con los que prepararemos durante este curso la peregrinación al encuentro con el Santo Padre en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, y a los abuelos y personas mayores, maestros de vida y tan importantes en la transmisión de la fe. Queridos sacerdotes, cuento con vuestra imprescindible ayuda en esta misión que se me ha confiado para que caminemos todos juntos en armonía.
Al mismo tiempo, espero poder ser testigo para todos de la cercanía de Jesucristo, que se para a escuchar y viene a darnos su propia vida, compartiéndola con nosotros. Así estaremos atentos a las necesidades de nuestros hermanos más necesitados: de los que sufrís por la falta de los bienes más básicos para llevar una vida tranquila; de los enfermos que padecéis la enfermedad, en vuestras casas o en los hospitales; de los inmigrantes, que llegáis a nosotros buscando una vida mejor y a los que os hemos de acoger e integrar para la construcción común de la sociedad, y de todas las personas necesitadas de tan diferentes formas.
Deseo, por último, mostrar a todas las administraciones públicas y demás instituciones del tejido social de los pueblos y ciudades de la diócesis, a los fieles de otras confesiones cristianas y de otras religiones y a los no creyentes, mi disponibilidad a trabajar juntos para crear un ambiente de encuentro, diálogo y colaboración.
Me encomiendo, al inicio de esta tarea, a los santos niños mártires, Justo y Pastor, y a nuestra Madre, la Virgen María, en las distintas advocaciones en las que es venerada en nuestra diócesis, para que seamos discípulos fieles y testigos sencillos y audaces del evangelio.
Con mi afecto fraterno y bendición.
+ Jesús Vidal Chamorro
Administrador Apostólico de Alcalá de Henares