“No es menos útil la edición y divulgación de buenas publicaciones. Creemos que no es necesario insistir mucho en este punto; es manifiesto a todos cuánto contribuyen los periódicos, revistas y folletos a ilustrar la verdad y la virtud, e inculcarles en las inteligencias y en los corazones, a desenmascarar el error disfrazado con apariencias de verdad, a refutar las falsas opiniones que ultrajan a la religión o exponen equivocadamente cuestiones muy debatidas de orden social con perjuicio de las almas, mucho alabamos, pues, a aquellos Pastores de almas que tienen sumo interés en que se propaguen lo más posible escritos de este género, cuidadosamente elaborados e impresos.” (Encíclica Evangelii praecones. 02-06-1951. Pío XII)