Como cada año al finalizar el curso, la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Alcalá reunió a sus voluntarios. Un total de 22 voluntarios de los Centros Penitenciarios Madrid 1, 2 y 7, acudió al encuentro en la mañana del pasado 15 de junio en el C. U. Cardenal Cisneros de Alcalá, con un orden del día muy variado que comenzó con una oración y una reflexión breve sobre el documento del Papa Francisco acerca de la escucha.
A continuación, el padre Moncho informó que el obispo, ante la propuesta que le hizo hace un año de poner su cargo a su disposición, nombró como Delegado diocesano de esta pastoral al capellán de Estremera y párroco de Valdaracete Luis Peláez. El P. Luis tenía la agenda cogida el 15 de junio y no había podido acudir al encuentro.
Hasta que el nuevo delegado pueda hacerse cargo, el obispo ha pedido a Moncho que siga al tanto de la asociación ADYF y del piso de acogida. Explicó también que lo específico del delegado es animar y velar por la marcha global de esta pastoral en la Diócesis de Alcalá, su relación con los demás estamentos de la pastoral diocesana, con la pastoral penitenciaria de las otras dos diócesis madrileñas, y con el Departamento de esta pastoral de la CEE. Por último, Moncho, habló de cómo el trabajo entre los CCPP de la diócesis se ha programado anualmente a primeros de septiembre, en el equipo diocesano formado por el delegado, un responsable de la pastoral de cada CP, del área social, del área jurídica, de formación, del área de difusión y del Equipo de Familia.
Después de la intervención de Moncho, comenzó el trabajo por grupos sobre el documento la Escucha activa de José Carlos Bermejo que se había enviado previamente con una introducción por Luis de la Peña. Las preguntas para el trabajo en grupos estaban relacionadas con el significado de la escucha con el corazón, abordaban las dificultades o facilidades en la escucha con personas privadas de libertad o la capacidad de sanación de la escucha activa, entre otras cosas.
Tras una puesta en común, los miembros de la Pastoral Penitenciaria compartieron una comida para después seguir con una evaluación del trabajo realizado por la pastoral en los Centros Penitenciarios. Una evaluación que no solamente consistió en poner la mirada sobre los aspectos necesitados de mejora o modificación sino también en valorar los aspectos positivos. Finalmente se hicieron varias propuestas para el próximo curso con el objetivo de que la labor de los voluntarios de esta pastoral sea cada vez más fructífera dentro de nuestras posibilidades.