Queridos diocesanos de Alcalá de Henares:
Se acerca la fecha en la que, junto con 383 jóvenes de nuestra Diócesis, partiré hacia Lisboa, para participar en la Jornada Mundial de la Juventud. Me siento muy afortunado de poder acompañar a nuestros jóvenes en esta experiencia fuerte de encuentro con Cristo, con el Papa Francisco y con otros muchos jóvenes cristianos de todo el mundo. Estoy seguro de que se seguirán muchos frutos espirituales para nuestra Iglesia particular. Os ruego a todos, encarecidamente, que os unáis con vuestra oración a este gran acontecimiento de gracia.
El Papa Francisco ha querido que la Virgen María sea la gran protagonista de nuestro encuentro. Como lema de la Jornada, ha elegido el texto: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). Después de la Anunciación, María no se quedó ensimismada en sí misma, sino que, al saber que su prima Isabel necesitaba su ayuda, partió sin demora a su encuentro. La Virgen María se convierte así en un ejemplo para los jóvenes de hoy, que corren el riesgo de quedar atrapados en el espejo o en las redes sociales, buscando desesperadamente la autocomplacencia, llamar la atención o la aprobación de los demás. El encuentro de María e Isabel fue tremendamente gozoso porque María llevaba a Jesucristo en su seno, y cuando Cristo está presente “siempre nace y renace la alegría” (Evangelii gaudium, n. 1). Recemos para que los jóvenes de nuestra Diócesis puedan disfrutar de este encuentro con el Señor, que los haga disponibles para vivir la propia vida como un servicio a los demás. Solo en Cristo y en el servicio a los demás está la verdadera alegría.
Además de los jóvenes que acudirán con diversas asociaciones o movimientos eclesiales, vendrán a Lisboa jóvenes de 39 parroquias de nuestra Diócesis, acompañados por varios sacerdotes y por nuestros seminaristas. A todos los felicito por acudir a esta importante cita con el Señor, que vive en su Iglesia. Al mismo tiempo, agradezco, de todo corazón, la ingente tarea organizativa que están llevando a cabo nuestros Delegados de infancia y juventud y su equipo de voluntarios. ¡Dios os lo pague!
Ojalá, después de la JMJ, puedan reforzarse, o crearse donde no existan, “grupos de jóvenes cristianos” en todas las parroquias de nuestra Diócesis. Ojalá podamos trabajar de manera coordinada, emprendiendo un camino común. Los jóvenes no solo son el “futuro” de la Iglesia, sino que son el “presente” (cfr. Christus vivit, n. 64). Una buena pastoral juvenil solo funciona cuando los jóvenes, que han cultivado una sólida amistad con Jesucristo, se convierten en apóstoles de otros jóvenes. En esta dirección debemos caminar, contando siempre con el acompañamiento imprescindible de los sacerdotes y consagrados.
“¡Cristo vive y te quiere vivo!” (Christus vivit, n. 1). Cuando estamos preparando la mochila para marchar a Lisboa, acojamos estas palabras del Papa Francisco, que nos invitan a trabajar por una renovada y comprometida pastoral juvenil, lejos de la desesperanza o de estériles lamentos. Recibid un saludo fraterno y mi bendición,
+ Antonio Prieto Lucena
Obispo complutense