Hoy la Iglesia celebra la festividad de los Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesucristo. Por eso, hoy se celebra de manera especial a los mayores y a los abuelos y el Santo Padre ha querido convocar la IV Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores para el domingo 28 de julio de 2024. En esta cuarta Jornada de los Abuelos, el Papa Francisco nos ofrece un lema sugerente: “En la vejez no me abandones” inspirado en el salmo 71,9, que reza: «No me rechaces ahora en la vejez; me van faltando las fuerzas, no me abandones».
«Qué verdad es que los abuelos son el salvavidas de la conciliación. ¿Qué harían muchos padres y madres, que tienen que seguir trabajando mientras sus hijos están de vacaciones, si no fuese por los abuelos? Pero no nos engañemos… Esto sólo funciona mientras los abuelos tienen fuerzas… Pero cuando me van faltando las fuerzas… “en la vejez, no me abandones” sugería el P. Nacho Figueroa, consiliario nacional de Vida Ascendente y Canciller-Secretario general de la diócesis de Alcalá de Henares en el programa de Radio María «Éramos tan jóvenes» que presentó el pasado 20 de julio. En este programa, el Padre Nacho entrevistó a D. Vittorio Scelzo, Responsable de la Pastoral de los Mayores en el Dicasterio de los Laicos, con motivo de la próxima Jornada del día 28 de julio.
«El Papa, en el Mensaje para esta Jornada de los abuelos y ancianos, evoca una historia preciosa, la de Ruth y Noemí. En tierra extranjera, Noemí, judía y viuda al igual que su nuera Ruth, que era pagana, decide volverse a su tierra de origen, Belén de Judá, dejando libre de responsabilidades a la viuda de su hijo. Pero ella lo tiene claro: a los mayores no se les abandona: “donde tú vayas, iré; donde vivas, viviré; tu tierra será mi tierra… —y esto es lo más importante—: y tu Dios será mi Dios”» nos recuerda a todos el P. Nacho. «Quizás si hoy hay tantos mayores solos, se deba a que «su Dios ya no es nuestro Dios». Sencillamente valoramos a las personas en función de sus fuerzas, de sus capacidades, de lo útiles que nos resultan… Pero, si sacamos a Dios de la ecuación, en el momento en que ya no quedan ni fuerzas, ni capacidades, ni utilidad, el abandono es la opción más fácil para muchas familias.»
Nos dice el Papa en su Mensaje: «la libertad y la valentía de Rut nos invitan a recorrer un camino nuevo. Sigamos sus pasos, hagamos el viaje junto a esta joven mujer extranjera y a la anciana Noemí, no tengamos miedo de cambiar nuestras costumbres y de imaginar un futuro distinto para nuestros ancianos (…). Rut eligió estar cerca de Noemí y fue bendecida con un matrimonio feliz, una descendencia y una tierra. Esto vale siempre y para todos: estando cerca de los ancianos, reconociendo el papel insustituible que estos tienen en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, también nosotros recibiremos muchos dones, muchas gracias, muchas bendiciones».
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