El pasado 29 de noviembre de 2020 se produjo la apertura de la Puerta Santa a cargo del obispo de Alcalá Mons. Juan Antonio Reig Pla. Tres meses después del inicio del Año Jubilar Mariano, éste sobrevive al confinamiento perimetral de Villarejo y a la nevada ‘Filomena’.
Por Alberto Ruíz Díaz
Hay que remontarse 450 años atrás para entender esta historia y la Historia con mayúsculas. Con fecha 7 de octubre de 1571 tenía lugar la batalla de Lepanto, “la más alta ocasión que vieron los siglos”, parafraseando al prodigio de las letras e innumerable veces citado, Miguel de Cervantes. En aquel año se confirmó la victoria de la Liga Santa frente a los Otomanos. Y la Victoria de la civilización cristiana ante la islámica. Cuatro siglos y medio después nuestra batalla no es tan distinta, en pleno desmantelamiento de los valores de Occidente y de desprecio, rechazo e inquina hacia cualquier atisbo de vida cristiana, la fe se ve amenazada por un enemigo diluido y difícil de identificar. Esas consignas fueron las que el mismo obispo de Alcalá, Mons. Juan Antonio Reig Pla, quiso hacer presentes en la homilía del 7 de octubre de 2020, fecha siempre marcada en el calendario por el pueblo de Villarejo. Pero este año con mayor motivo, pues la Santa Sede había concedido el Año Jubilar Mariano a Villarejo de Salvanés y a la diócesis de Alcalá de Henares. Desde entonces, según datos de la comisión encargada de la acogida de peregrinos, se han dado cita en el Santuario de Ntra. Sra. de la Victoria de Lepanto alrededor de 100 peregrinos de muy distintas procedencias e incluso nacionalidades dispuestos a ganar el Jubileo. Todo cambió -y no para bien- con aquel “salvemos la navidad” que tuvo como consecuencia el aumento significativo de contagios en toda la geografía española. Villarejo no fue la excepción y protagonizó una de las mayores incidencias por habitante de la Comunidad de Madrid. La llegada de peregrinos se frenó en seco y el libro de firmas se estancó con las últimas rúbricas del pasado diciembre. Tampoco fue baladí el temporal que trajo las nieves más abundantes desde hacía 60 años, bautizada como ‘Filomena’, la borrasca cortó carreteras e impidió a los habituales peregrinos del fin de semana llegar a su destino; el convento, rotulado hoy con el lema Monstra te esse matrem.
El Jubileo, obra de misericordia
A tenor de tan enrevesada situación pandémica, todo parecía aventurar que el Jubileo correría el riesgo de quedar en la memoria como un cumpleaños y una forma más de vanagloria puntual de autoridades y oriundos. En este sentido José Luis Loriente, párroco de Villarejo, destaca la oportunidad de oro que supone este año para recibir la misericordia de Dios. “El Jubileo no es que nos den un bonito diploma. Ni tampoco es un rito mágico en el que uno hace determinadas cosas y así se gana el favor de la Divinidad, pide de nosotros la conversión. Para ganar el Jubileo hay que decidirse a amar a Dios”, afirma. Es por ello que, desde la Parroquia de San Andrés Apóstol se ha añadido una obra común de misericordia: las recaudaciones de las misas jubilares serán destinadas a la ayuda de las Hnas. Carmelitas de la Caridad de Ceuta en su trabajo con los inmigrantes. Además del sentido espiritual del Año Jubilar, al sacerdote y párroco le hubiese gustado organizar una peregrinación desde la iglesia parroquial y hacer una ‘macro-celebración’ para ganar el jubileo un día determinado, resaltando la importancia de la comunidad cristiana. Empero, con las restricciones sanitarias como norma corriente, los únicos actos que podrán celebrarse aparte de las misas serán el las conferencias previstas hasta [el] fin del Año Jubilar. Con frecuencia mensual, el ciclo comenzó el pasado 23 de enero. La última conferencia, a cargo de D. José Cánovas García, Coronel de Infantería de Marina, sintetizó de forma precisa el preámbulo de la batalla, los motivos que llevaron al Imperio Otomano a atacar el golfo de Lepanto y el desarrollo naval del combate. “Buscaba soldados que supieran nadar, que no le tengan miedo a trabajar en el mar, que estén acostumbrados a comer comida salada, que no se asusten ante una tormenta y que tengan el rigor de vivir en una galera”, narraba el conferente las cartas con las que el monarca Felipe II instruía a su hermano y comandante Juan de Austria. Atributos que podrían ser extrapolables en un paralelismo con nuestra realidad política y social de confinamientos, crispación, ruina y desencanto. El ponente Cánovas García cerraba la presentación resaltando la crueldad que tuvo la lid, pero sin entrar en detalles. “Estar luchando por tu vida en medio metro, yo creo que es fácil de imaginar”, concluyó. Está previsto que la siguiente charla tenga lugar el próximo 27 de febrero [ya celebrada], acerca de la relación entre la religión y la sociedad en el siglo XVI, y ofrecida por D. José Ramón Godino, doctor en Teología e historiador.
La Imágen de la Virgen ‘viajará’ a Alcalá
Pese a que la idea del Jubileo surgió en Villarejo hace más de un año, en principio como la conmemoración del 450 aniversario de la imagen de la Virgen de la Victoria que Luis de Requesens trajo tras la Batalla de Lepanto, se trasladó la posibilidad al obispado de convertirlo en Año Jubilar diocesano. Y así fue. Por lo cual, el citado obispo de Alcalá en su última Carta pastoral anunció que el Año Jubilar se extendería desde el primer domingo de adviento de 2020 hasta la fiesta de Cristo Rey de 2021. En todo este año la Imagen de la Virgen del Rosario y su convento en Villarejo de Salvanés serán designados como lugares de peregrinación.
Es en este contexto en el que la Imagen de “la Cordera hermosa” saldrá de su habitual camarín para aguardar a los alcalaínos que quieran rezarla en su Catedral Magistral. Los días 25, 26 y 27 de junio de 2021 serán motivo extraordinario de gracia para la ciudad complutense, a su vez hogar del “manco de Lepanto”. Luis Manuel Pérez, presidente de la Hermandad de Ntra Sra de la Victoria, define como un “honor y orgullo” que la Patrona de Villarejo pueda ser venerada en la capital diocesana. “En Alcalá hay muchas personas que descienden de Villarejo y la concesión de este Año Jubilar Mariano va a reforzar la devoción por nuestra Patrona, en todos los ambientes, tanto dentro como fuera de nuestro municipio”, apunta. No será la primera vez que la Imagen de la Victoria sale de Villarejo. La última vez que lo hizo corría el año 2016 y tuvo el papel de Madrina en la Coronación Canónica de la Virgen de la Alarilla en Fuentidueña de Tajo.
Este Año Jubilar que tan solo acaba de empezar se perfila como imitador de esa gesta en la que la unidad europea, basada en una cultura e historia común, hubiera sido malbaratada sin el combate de aquella mañana del 7 de octubre de 1571, cuando en inferioridad de condiciones, soldados y marinos españoles, ganaron el que es, hasta la fecha, el combate naval más sangriento de la Historia. Igualmente, pese a lo obtuso de la situación, el año planea sobrevivir y ofrecer lo mejor de sí. Como se decía antaño, seguiremos informando.