«¿Estás dispuesto a darte?»: La diócesis de Alcalá de Henares estuvo presente en el Congreso nacional de Vocaciones

El fin de semana pasado, del 7 al 9 de febrero de 2025, la Iglesia de España celebró el Congreso nacional de Vocaciones, organizado por el Servicio Pastoral Vocacional de la Conferencia Episcopal Española. El congreso «¿Para quién soy? Asamblea de llamados para la misión» tuvo lugar en el Madrid-Arena y reunió a gente de todas las diócesis españolas, a miembros de 54 movimientos y asociaciones laicales, 120 congregaciones y 250 realidades distintas. La diócesis de Alcalá de Henares estuvo representada por un grupo de alrededor de 30 personas, de entre ellas los delegados diocesanos de Familia y Vida, un matrimonio joven, una virgen consagrada y el delegado diocesano de Pastoral Vocacional.

El congreso se inauguró el viernes por la tarde con la presentación del himno del Congreso y un saludo del arzobispo de Madrid, Mons. José Cobo, quien insistió en la necesidad de hacerse «las preguntas fundamentales. Nada es tan obvio que no merezca ser interrogado. Nuestro tiempo presenta una grieta peligrosa y es la falta de preguntas«. Los presentes tuvieron también la oportunidad de escuchar una bienvenida de parte del presidente de la CEE, Mons. Luir Argüello y las palabras que el Papa Francisco les había dirigido con ocasión del congreso, traídas al mismo por el nuncio de Su Santidad en España, Mons. Bernardito Auza. Además, la inauguración del congreso contó con una intervención del arzobispo de Braga, Mons. Cordeiro, responsable de Vocaciones y Jóvenes en el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).

La jornada del viernes concluyó con una vigilia de oración predicada por el obispo de Zaragoza, Mons. Carlos Escribano, quien es también presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida. A lo largo de la vigilia, Mons. Escribano lanzaba una pregunta a los presentes: «¿Tú estás dispuesto a darte? En tu momento existencial, en tu momento vital, en la construcción de tu iglesia diocesana, de tu parroquia, de tu comunidad, de lo que estás haciendo… ¿te estás dando de verdad?». Mons. Escribano instó a vivir en una «experiencia de respuesta existencial. De lo que se trata es de que todo el mundo entienda que hay que construir la experiencia de la vida intentando que sea una respuesta a Dios. Es la gran conquista y la gran carencia».

La primera ponencia del congreso corrió a cargo de Ana Samboal y Alfonso Alonso-Las Heras, quienes expusieron a los participantes el trabajo común previo al congreso. A lo largo de su ponencia, ambos insistieron en que  «Dios sigue amando y llamando». Además, hicieron hincapié en la vocación como un «regalo que Dios nos dona junto a la vida, que debemos descubrir y a la que hay que responder«. A lo largo del congreso, los asistentes pudieron atender diferentes conferencias que giraban en torno a la comunidad, el sujeto, la misión y la Palabra, impartidas por ponentes como Eloy Blanco de la Fuente o Concepción Isart, entre otros.

En todas las ponencias se hacía hincapié en la importancia de un «yo» transformado en un «nosotros» que daba un sentido a la vocación, pues esta proviene de Alguien y es para otros, siendo necesaria  una acogida de la llamada por parte del sujeto individual. A lo largo del congreso se insistió también en la necesidad del trabajo por una cultura vocacional en la que se entienda la vida como una continua llamada de Dios a vivir la relación con Él y con los hermanos que contrarreste la actual cultura de un sujeto autorreferencial. Además de las diferentes ponencias que se sucedieron a lo largo de la mañana y de la tarde del sábado, los participantes pudieron acudir a distintos talleres en los que se hacían presentes distintas realidades eclesiales provenientes de diversas diócesis de España.

De entre los diocesanos complutenses que acudieron al congreso se encontraba Cristina, miembro de la delegación diocesana de Infancia y Juventud, quien ha definido el congreso como un «regalazo». «Hoy en día cuesta hacerse preguntas», explica la joven complutense, en un eco de lo que explicaba el cardenal Mons. José Cobo en la inauguración del congreso. «Vivimos en un mundo en el que hay muchísimo ruido, mucha prisa y con esto nos cuesta mucho escuchar. Me llevo sobre todo una pregunta: si no escuchamos, ¿cómo vamos a poder responder a una llamada?», insiste Cristina.

Otra joven de la diócesis complutense, Blanca, quien acudió con su marido al congreso de vocaciones, afirma que «es asombroso ver la cantidad tan inmensa de vocaciones que hay en la Iglesia y cómo todas remamos juntas hacia una misma misión: cumplir la voluntad de Dios en el mundo. En esta época en la que vivimos donde se prioriza el bienestar y la utilidad, Dios tiene pensado para cada uno de nosotros un camino de Amor, un camino de plenitud».

Blanca explica que tras el congreso ha entendido mejor cómo «no hay que tener miedo a preguntar al Señor qué es lo que quiere para cada uno de nosotros en cada momento y decir que SÍ, porque la vocación saca de cada uno su yo más auténtico, para aquello para lo que se ha sido creado». También Cristina hace hincapié en aquello que ha permanecido como un remanente en ella tras el fin de semana compartido con su iglesia diocesana y con toda la Iglesia de España: «¿Qué me llevo de este congreso? Haber renovado mi esperanza, saber que mi vida es una misión y que mi vida es para darla, para Dios, en los hermanos».