“(…) nuestra época tiene necesidad de una ciencia del hombre, de una reflexión e investigación originales. Al lado de las ciencias físicas o biológicas, es necesario que los especialistas de las ciencias humanas den su contribución. Está en juego el servicio del hombre, que hay que defender en su identidad, su dignidad y grandeza moral, porque es una res sacra, como bien dijo Séneca.” (Discurso a los representantes de las Academias Reales y del mundo de la cultura y de la investigación. Madrid, 03-11-1982. Juan Pablo II)