¡Advertencia!: a los menores de edad no se les debe permitir el acceso a Internet sin supervisión de los padres o tutores; dicha supervisión debería incluir el uso de un filtro tecnológico en los ordenadores accesibles a los niños (Cf. Iglesia e Internet, n. 11. Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales).
ACUERDO
ENTRE EL ESTADO ESPAÑOL Y LA SANTA SEDE SOBRE ASUNTOS JURÍDICOS
Artículo I
1. El Estado Español reconoce a la Iglesia Católica el derecho de ejercer su misión apostólica y le garantiza el libre y público ejercicio de las actividades que le son propias y en especial las de culto, jurisdicción y magisterio.
Apartado de la Nota de la Conferencia Episcopal Española de 5-4-2019 en relación a las informaciones difundidas sobre la diócesis de Alcalá de Henares
«Durante estos días los obispos han tenido conocimiento de las noticias publicadas en diversos medios sobre las actividades del COF “Regina Familiae” de la diócesis de Alcalá de Henares y de la irrespetuosa entrada de manifestantes en la Catedral Magistral de Alcalá en horario de culto.En un diálogo fraterno, además de expresar su apoyo y afecto a Mons. Juan Antonio Reig Pla y a los colaboradores del COF, y su más firme rechazo a la irrupción de un grupo de personas vociferantes en un templo donde se estaba celebrando la liturgia de la Iglesia, también han manifestado lo siguiente:
- Nos preocupa asistir, de nuevo, a un ejercicio de manipulación de la verdad y desinformación intencionada que termina provocando el “odio” que se dice querer evitar o denunciar.
- Defendemos la libertad de conciencia de cada persona para afrontar sus diversas situaciones existenciales buscando ayuda y acompañamiento en las personas e instituciones que les merecen confianza, entre otras, las de la Iglesia.
- Afirmamos la libertad de la Iglesia, reconocida en la Constitución española, la Ley orgánica de libertad religiosa y los Tratados internacionales sobre derechos humanos, para ofrecer su visión de la persona y acoger y acompañar a quien libremente se acerque a ella para crecer en un desarrollo humano integral desde el anuncio del Evangelio y el amor misericordioso de Dios.»
NOTA COMPLETA (PINCHAR AQUÍ)
Sobre el cientificismo
«88. Otro peligro considerable es el cientificismo. Esta corriente filosófica no admite como válidas otras formas de conocimiento que no sean las propias de las ciencias positivas, relegando al ámbito de la mera imaginación tanto el conocimiento religioso y teológico, como el saber ético y estético. En el pasado, esta misma idea se expresaba en el positivismo y en el neopositivismo, que consideraban sin sentido las afirmaciones de carácter metafísico. La crítica epistemológica ha desacreditado esta postura, que, no obstante, vuelve a surgir bajo la nueva forma del cientificismo. En esta perspectiva, los valores quedan relegados a meros productos de la emotividad y la noción de ser es marginada para dar lugar a lo puro y simplemente fáctico. La ciencia se prepara a dominar todos los aspectos de la existencia humana a través del progreso tecnológico. Los éxitos innegables de la investigación científica y de la tecnología contemporánea han contribuido a difundir la mentalidad cientificista, que parece no encontrar límites, teniendo en cuenta como ha penetrado en las diversas culturas y como ha aportado en ellas cambios radicales.
Se debe constatar lamentablemente que lo relativo a la cuestión sobre el sentido de la vida es considerado por el cientificismo como algo que pertenece al campo de lo irracional o de lo imaginario. No menos desalentador es el modo en que esta corriente de pensamiento trata otros grandes problemas de la filosofía que, o son ignorados o se afrontan con análisis basados en analogías superficiales, sin fundamento racional. Esto lleva al empobrecimiento de la reflexión humana, que se ve privada de los problemas de fondo que el animal rationale se ha planteado constantemente, desde el inicio de su existencia terrena. En esta perspectiva, al marginar la crítica proveniente de la valoración ética, la mentalidad cientificista ha conseguido que muchos acepten la idea según la cual lo que es técnicamente realizable llega a ser por ello moralmente admisible.» (Papa San Juan Pablo II, Encíclica Fides et Ratio, 14-9-1998)
«Hoy se está consolidando cada vez más una cultura caracterizada por el relativismo individualista y el cientificismo positivista; por consiguiente, una cultura que tiende a cerrarse a Dios y a su ley moral» (Papa Benedicto XVI, Al colegio de escritores de la revista La Civiltà Cattolica, 17-2-2006)
Catecismo de la Iglesia Católica:
«II. La vocación a la castidad
2337 La castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del hombre y de la mujer.
La virtud de la castidad, por tanto, entraña la integridad de la persona y la totalidad del don.
La integridad de la persona
2338 La persona casta mantiene la integridad de las fuerzas de vida y de amor depositadas en ella. Esta integridad asegura la unidad de la persona; se opone a todo comportamiento que la pueda lesionar. No tolera ni la doble vida ni el doble lenguaje (cf Mt 5, 37).
2339 La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado (cf Si 1, 22). “La dignidad del hombre requiere, en efecto, que actúe según una elección consciente y libre, es decir, movido e inducido personalmente desde dentro y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberándose de toda esclavitud de las pasiones, persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con eficacia y habilidad los medios adecuados” (GS 17).
2340 El que quiere permanecer fiel a las promesas de su Bautismo y resistir las tentaciones debe poner los medios para ello: el conocimiento de sí, la práctica de una ascesis adaptada a las situaciones encontradas, la obediencia a los mandamientos divinos, la práctica de las virtudes morales y la fidelidad a la oración. “La castidad nos recompone; nos devuelve a la unidad que habíamos perdido dispersándonos” (San Agustín, Confessiones, 10, 29; 40).
2341 La virtud de la castidad forma parte de la virtud cardinal de la templanza, que tiende a impregnar de racionalidad las pasiones y los apetitos de la sensibilidad humana.
2342 El dominio de sí es una obra que dura toda la vida. Nunca se la considerará adquirida de una vez para siempre. Supone un esfuerzo reiterado en todas las edades de la vida (cf Tt 2, 1-6). El esfuerzo requerido puede ser más intenso en ciertas épocas, como cuando se forma la personalidad, durante la infancia y la adolescencia.
2343 La castidad tiene unas leyes de crecimiento; éste pasa por grados marcados por la imperfección y, muy a menudo, por el pecado. “Pero el hombre, llamado a vivir responsablemente el designio sabio y amoroso de Dios, es un ser histórico que se construye día a día con sus opciones numerosas y libres; por esto él conoce, ama y realiza el bien moral según las diversas etapas de crecimiento” (FC 34).
2344 La castidad representa una tarea eminentemente personal; implica también un esfuerzo cultural, pues “el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la sociedad misma están mutuamente condicionados” (GS 25). La castidad supone el respeto de los derechos de la persona, en particular, el de recibir una información y una educación que respeten las dimensiones morales y espirituales de la vida humana.
2345 La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo espiritual (cf Ga 5, 22). El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua del bautismo, imitar la pureza de Cristo (cf 1 Jn 3, 3).
La integridad del don de sí
2346 La caridad es la forma de todas las virtudes. Bajo su influencia, la castidad aparece como una escuela de donación de la persona. El dominio de sí está ordenado al don de sí mismo. La castidad conduce al que la practica a ser ante el prójimo un testigo de la fidelidad y de la ternura de Dios.
2347 La virtud de la castidad se desarrolla en la amistad. Indica al discípulo cómo seguir e imitar al que nos eligió como sus amigos (cf Jn 15, 15), a quien se dio totalmente a nosotros y nos hace participar de su condición divina. La castidad es promesa de inmortalidad.
La castidad se expresa especialmente en la amistad con el prójimo. Desarrollada entre personas del mismo sexo o de sexos distintos, la amistad representa un gran bien para todos. Conduce a la comunión espiritual.
Los diversos regímenes de la castidad
2348 Todo bautizado es llamado a la castidad. El cristiano se ha “revestido de Cristo” (Ga 3, 27), modelo de toda castidad. Todos los fieles de Cristo son llamados a una vida casta según su estado de vida particular. En el momento de su Bautismo, el cristiano se compromete a dirigir su afectividad en la castidad.
2349 La castidad “debe calificar a las personas según los diferentes estados de vida: a unas, en la virginidad o en el celibato consagrado, manera eminente de dedicarse más fácilmente a Dios solo con corazón indiviso; a otras, de la manera que determina para ellas la ley moral, según sean casadas o célibes” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 11). Las personas casadas son llamadas a vivir la castidad conyugal; las otras practican la castidad en la continencia.
«Se nos enseña que hay tres formas de la virtud de la castidad: una de los esposos, otra de las viudas, la tercera de la virginidad. No alabamos a una con exclusión de las otras. […] En esto la disciplina de la Iglesia es rica» (San Ambrosio, De viduis 23).»
Como propuesta a la libertad de sus lectores, y desde el más exquisito respeto hacia todas las personas, la página web del Obispado de Alcalá de Henares ha preparado una Sección en la que se ofrece, a la luz del Magisterio de la Iglesia Católica, una primera aproximación a la cuestión referida al deseo de cambiar de sexo (DCS) en adultos, jóvenes y niños.
Laicos (padres, tutores, educadores, catequistas, etc.), religiosos, religiosas, diáconos, sacerdotes y también los profesionales que suelen intervenir en estos casos (psiquiatras, psicólogos, orientadores familiares, pediatras, etc.) podrán encontrar en esta Sección el Magisterio de la Iglesia Católica sobre este tema tan delicado. La Iglesia, como el Buen Samaritano, se acerca a esta realidad con amor y comprensión, ofreciendo, al mismo tiempo, acogida y ayuda desde el «respeto a la verdad del hombre» (Papa Francisco, 15-06-2013), es decir, desde «la verdad que salva» (San Juan XXIII, 23-12-1959).
La Sección cuenta con dos grandes apartados. El primero de ellos recopila algunos documentos del Magisterio de la Iglesia de manos de los papas Francisco, Benedicto XVI y San Juan Pablo II, así como de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, del Pontificio Consejo para la Familia y de la Conferencia Episcopal Española; se añaden aquí, entre otros, artículos sobre la materia de los cardenales Carlo Caffarra y Elio Sgreccia, este último traducido al español. Un segundo apartado recopila información y documentos que hablan por sí solos, y que son indicativos de la situación en la que ya nos encontramos. Es urgente que las familias, los sacerdotes y catequistas, los docentes y los profesionales conozcan bien el Magisterio de la Iglesia y sus fundamentos, y, al mismo tiempo, tomen conciencia de la campaña que se está llevando a cabo, así como de las gravísimas consecuencias que se derivan de tomar decisiones equivocadas; por ello es necesario recordar lo que explica el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios: «No se puede violar la integridad física de una persona para el tratamiento de un mal de origen psíquico o espiritual. En estas circunstancias no se presentan órganos enfermos o funcionando mal; así que su manipulación medicoquirúrgica es una alteración arbitraria de la integridad física de la persona. No es lícito sacrificar al todo, mutilándolo, modificándolo o extirpándole una parte que no se relaciona patológicamente con el todo. Es por esto que no se puede correctamente asumir el principio de totalidad como criterio de legitimación de la esterilización antiprocreativa, del aborto terapéutico y la medicina y cirugía transexual». (Carta de los Agentes Sanitarios, 1995, en español n. 66 y nota 148). En todo caso, también aquí, de manos de Cristo y de su Iglesia, «la esperanza no defrauda» (Rm 5, 5).
Respecto a la terminología, es importante saber que las expresiones “transexualidad”, “trastorno de la identidad de género”, “disforia de género”, “transgender”, «identidades trans«, – y algunas otras -, aunque comúnmente utilizadas, no responden – en virtud de la ideología subyacente que inoculan -, a la “antropología adecuada” enseñada por la Iglesia Católica.
Papa Francisco
“La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno. Decía Benedicto XVI que existe una «ecología del hombre» porque «también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo». En esta línea, cabe reconocer que nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»” (Laudato Si’, n. 155).
“Si el ser humano no redescubre su verdadero lugar, se entiende mal a sí mismo y termina contradiciendo su propia realidad: «No sólo la tierra ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla respetando la intención originaria de que es un bien, según la cual le ha sido dada; incluso el hombre es para sí mismo un don de Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotado» (Laudato Si’, n. 115).
Benedicto XVI
Según la filosofía de género (gender), «el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido (…). El hombre niega tener una naturaleza preconstituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho preestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear. Según el relato bíblico de la creación, el haber sido creada por Dios como varón y mujer pertenece a la esencia de la criatura humana. Esta dualidad es esencial para el ser humano, tal como Dios la ha dado. Precisamente esta dualidad como dato originario es lo que se impugna. Ya no es válido lo que leemos en el relato de la creación: «Hombre y mujer los creó» (Gn 1,27). No, lo que vale ahora es que no ha sido Él quien los creó varón o mujer, sino que hasta ahora ha sido la sociedad la que lo ha determinado, y ahora somos nosotros mismos quienes hemos de decidir sobre esto. Hombre y mujer como realidad de la creación, como naturaleza de la persona humana, ya no existen. El hombre niega su propia naturaleza. Ahora él es sólo espíritu y voluntad. La manipulación de la naturaleza, que hoy deploramos por lo que se refiere al medio ambiente, se convierte aquí en la opción de fondo del hombre respecto a sí mismo». (Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones navideñas, 21 de diciembre de 2012). [Deutsch, Français, English, Italiano, Polski, Português]
«Cuando la Iglesia habla de la naturaleza del ser humano como hombre y mujer, y pide que se respete este orden de la creación, no es una metafísica superada. Aquí, de hecho, se trata de la fe en el Creador y de escuchar el lenguaje de la creación, cuyo desprecio sería una autodestrucción del hombre y, por tanto, una destrucción de la obra misma de Dios.
Lo que con frecuencia se expresa y entiende con el término “gender”, se reduce en definitiva a la auto-emancipación del hombre de la creación y del Creador. El hombre quiere hacerse por sí solo y disponer siempre y exclusivamente por sí solo de lo que le atañe. Pero de este modo vive contra la verdad, vive contra el Espíritu creador. Ciertamente, los bosques tropicales merecen nuestra protección, pero también la merece el hombre como criatura, en la que está inscrito un mensaje que no significa contradicción de nuestra libertad, sino su condición.» (Benedicto XVI, Discurso a la Curia romana con ocasión del intercambio de felicitaciones por la Navidad, 22 de diciembre de 2008). [Deutsch, Français, English, Italiano, Português]
Eva es presentada a Adán por el mismo Dios. El Bosco, El Jardín de las Delicias (detalle)
«La diferencia sexual que caracteriza el cuerpo del hombre y de la mujer no es un simple dato biológico, sino que reviste un significado mucho más profundo: expresa la forma del amor con la que el hombre y la mujer llegan a ser —como dice la sagrada Escritura— una sola carne, pueden realizar una auténtica comunión de personas abierta a la transmisión de la vida y cooperan de este modo con Dios en la procreación de nuevos seres humanos» (Benedicto XVI, Discurso a los participantes en un Congreso internacional organizado por el Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia, 11 de mayo de 2006). [Deutsch, Français, English, Italiano, Português]
San Juan Pablo II
«Las palabras pronunciadas por Cristo sobre la resurrección nos permiten deducir que la dimensión de masculinidad y feminidad —esto es, el ser en el cuerpo varón y mujer— quedará nuevamente constituida juntamente con la resurrección del cuerpo en el “otro siglo”. (…) «En es otro mundo, la patria definitiva del hombre, que llamamos reino de Dios o casa del Padre, entraremos en la dimensión eterna del ser humano mediante la resurrección. Será una dimensión y estado nuevo de vida, en el que el cuerpo del hombre y de la mujer, mantendrá sus peculiaridades propias, revestido de inmortalidad y con una espiritualización de la naturaleza humana, que lo hará semejante a los ángeles» (San Juan Pablo II, Audiencia general, 2-12-1981). [Français, Italiano, Português]
Congregación para la Doctrina de la Fe
“El mismo comportamiento transexual revela de manera pública una actitud opuesta a la exigencia moral de resolver el propio problema de identidad sexual según la verdad del propio sexo” (Respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe al Obispo de Cádiz y Ceuta, citada en el Comunicado de fecha 1 de septiembre de 2015).
Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, 1995
“Medicina y cirugía transexual”
«No se puede violar la integridad física de una persona para el tratamiento de un mal de origen psíquico o espiritual. En estas circunstancias no se presentan órganos enfermos o funcionando mal; así que su manipulación medicoquirúrgica es una alteración arbitraria de la integridad física de la persona. No es lícito sacrificar al todo, mutilándolo, modificándolo o extirpándole una parte que no se relaciona patológicamente con el todo. Es por esto que no se puede correctamente asumir el principio de totalidad como criterio de legitimación de la esterilización antiprocreativa, del aborto terapéutico y la medicina y cirugía transexual». (Carta de los Agentes Sanitarios, 1995, en español n. 66 y nota 148). [English (66-144), Français (66-128), Italiano (66-148)]
Pontificio Consejo para la Familia
En este caso también es importante que «los padres, por su parte, cuando advierten en sus hijos, en edad infantil o en la adolescencia, alguna manifestación de dicha tendencia o de tales comportamientos, deben buscar la ayuda de personas expertas y cualificadas para proporcionarles todo el apoyo posible» (Pontificio Consejo para la Familia. Sexualidad humana: verdad y significado, n. 104). [Deutsch, Français, English, Italiano, Português]
Sobre la imputabilidad – Catecismo de la Iglesia Católica
“La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales”. (n. 1735)
“La ignorancia involuntaria puede disminuir, y aún excusar, la imputabilidad de una falta grave, pero se supone que nadie ignora los principios de la ley moral que están inscritos en la conciencia de todo hombre. Los impulsos de la sensibilidad, las pasiones pueden igualmente reducir el carácter voluntario y libre de la falta, lo mismo que las presiones exteriores o los trastornos patológicos. El pecado más grave es el que se comete por malicia, por elección deliberada del mal”. (n. 1860)
Conferencia Episcopal Española
Conferencia Episcopal Boliviana
Cardenal Elio Sgreccia, Presidente Emérito de la Pontificia Academia para la Vida
Cardenal Carlo Caffarra, actualmente Arzobispo de Bolonia, fue el primer Presidente del Pontifico Instituto Juan Pablo II para estudios para el matrimonio y la familia
Obispos de Alcalá de Henares y Getafe
Otros documentos
Catálogos diagnósticos
Organización Mundial de la salud (OMS). Clasificación Internacional de Enfermedades CIE 10 (F64.0 y 64.2):
En español: http://ais.paho.org/classifications/Chapters/ (ir a capítulo 5 y luego F64)
Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (302.6 y 302.85)
“Itinerarios de libertad y esperanza”. Recursos de apoyo en la Red
Lo que ya está aquí: Campaña por la “despatologización” de las así llamadas identidades trans:
La promoción de la “aceptación”, también en menores
Campamentos “transgender” para niños:
Familias de Menores “Transexuales” (asociaciones específicas, áreas en asociaciones de transexuales o LGBT, etc.)
Algunas guías / materiales:
Algunos reportajes en TVE:
Algunos reportajes en el Canal UNED TV:
Algunos programas en RNE:
Algunas noticias en la misma dirección
Algunas leyes / legislación ya aprobada en España
Más allá de la “Cultura gay”, ahora la “Cultura trans”
Promoción de la aceptación también desde ambitos que afirman tener carácter “cristiano”
La “presión” a la Iglesia Católica, algunos ejemplos
A modo de conclusión
San Juan Pablo II, 3-10-1995 [Italiano]:
«Frente a esta amplitud de campos de lucha antiguos y nuevos [en favor de la vida y la salud], donde se configuran «amenazas programadas de manera científica y sistemática» (Evangelium vitae, 17), es necesario juntar las fuerzas, unir las inteligencias y establecer estrategias comunes armoniosas y eficaces.
Vuestra misión se abre ante un horizonte realmente vasto, que implica también promover el valor insustituible de la educación de los jóvenes y de las familias en el amor verdadero, fiel y casto. No es realista pensar que se afirme una cultura de la vida si falta una seria educación de las conciencias y en particular, si no hay una real orientación afectiva hacia los valores de la familia. Estos presupuestos son cada vez más importantes en una verdadera estrategia de defensa de la vida.
En ese marco, la familia y la vida constituyen un binomio inseparable y del mismo modo, el amor casto y fiel es el primer nivel y la condición insustituible de la cultura de la vida.
Estos compromisos, que constituyen los objetivos de vuestra estrategia, requieren una preparación profunda en el ámbito de las temáticas médica, ética jurídica y social. La lucha en defensa de la vida puede ganarse sólo si al entusiasmo y a la valentía de cuantos participan en ella se añade una preparación específica en estos campos. En particular, se requiere una formación en el importante campo de la bioética, destinada, ante todo, a los agentes sanitarios, pero también a cada uno de los ciudadanos.
(…) será singularmente valiosa la contribución que prestan los intelectuales, los juristas y los profesionales de la medicina, así como sigue siendo indispensable la aportación de los formadores de los jóvenes y de los responsables de los movimientos educativos, una vez que hayan profundizado, ellos mismos en primer lugar, las exigencias inderogables de la moral en defensa de la vida humana. Os exhorto a acompañar con particular atención a los adolescentes y a los jóvenes en las escuelas, para que puedan recibir una presentación adecuada de los valores morales, civiles y religiosos, que son coherentes con la dignidad de la persona humana y con la defensa y la promoción de la vida.
También es urgente prestar atención a lo que sucede en los Parlamentos, donde van manifestándose orientaciones legislativas en el ámbito del bioderecho y de la protección de la corporeidad humana y de la familia, que incluyen aspectos preocupantes. Cuantos tienen verdadero interés por la dignidad de la persona y el destino futuro de la humanidad, no pueden renunciar a su deber de vigilar y actuar».
Testimonios:
Para solicitar orientación:
Anexo I. Algunos términos que conviene conocer
* En CIE 10 (F64 / F65.1): Trastorno de la identidad de género, Transexualidad, Trastorno de la identidad de género en la niñez,Transvestismo fetichista, etc.
* En DSM-5 (302.6 / 302.85 / 302.3): Disforia de género en niños, Disforia de género en adolescentes y adultos, Trastorno de travestismo, autoginofilia (o autoginefilia), etc.
* Otros términos: Síndrome de Harry Benjamin, Desorden de identidad de la integridad corporal (BIID), apotemnofilia, Trastorno dismórfico corporal, autoandrofilia, autoginofilia o autoginefilia, transgénero, transgerder, Cisgénero / Cisexual / Cisexualidad / Cisexualismo, genderqueer, la así llamada «cirugía de “reasignación” de sexo», etc.
ANEXO II. Sobre Deuteronomio 22, 5
Deuteronomio 22, 5 (Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española, BAC, Madrid 2013): «La mujer no llevará prendas de hombre ni el hombre se vestirá con prendas de mujer, porque el que hace eso es una abominación para el Señor, tu Dios»
Algunos comentarios a Deuteronomio 22, 5
San Ambrosio, obispo: «Si reflexionas verdaderamente, hay una incongruencia en aquello que la misma naturaleza aborrece. ¿Por qué, hombre, no quieres aparecer en aquello que has nacido? ¿Por qué asumes un aspecto que no es el tuyo? ¿Por qué te finges mujer, y tú, mujer, te finges hombre? La naturaleza ha revestido a cada sexo de los vestidos que le son propios. Finalmente, en el hombre y en la mujer es diverso el modo de comportarse, diversos los aspectos, los movimientos, el modo de andar, diversas las fuerzas, diversa la voz» (Cartas, 4, 15, 2. CSEL 82/1, 112. Tomado de: La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia, AT 3, Ed. Ciudad Nueva).
» Carta 15 [LXIX] en latín, pinchar aquí (ver en las páginas numeradas del libro 233ss)
Profesores de Salamanca, Biblia comentada I Pentateuco, BAC, Madrid, MCMLX, pág. 1001: «La razón de estas leyes no es difícil de entender. La prohibición del uso indebido del vestido de hombre o mujer busca, ante todo, la honestidad y la decencia y, sobre todo, evitar abusos inmorales»
ANEXO III
Violencia en parejas transexuales, transgénero e intersexuales: una revisión bibliográfica. Saúde Soc, 914-935. Otero, L. M. R., Carrera Fernández, M. V., Lameiras Fernández, M., & Rodríguez Castro, Y. (2015):