El pasado sábado, 18 de marzo, en el contexto de la celebración del XXV aniversario del Seminario Mayor Diocesano de la Inmaculada y de los Santos Niños, tuvo lugar una solemne Eucaristía en la Catedral-Magistral a las 12 del mediodía, a la que estaba convocada toda la Diócesis para dar gracias por estos años de andadura del Seminario, así como para pedir un aumento de vocaciones al sacerdocio ministerial.
Fue presidida por nuestro administrador apostólico, Mons. Jesús Vidal, y concelebrada por los tres obispos que han pastoreado nuestra Diócesis desde su reinstauración en 1991: Mons. Manuel Ureña Pastor, Mons. Jesús Catalá Ibáñez y Mons. J. Antonio Reig Pla. También concelebró una buena parte del presbiterio diocesano que vivió con emoción y profunda alegría este momento de comunión eclesial y de visibilidad de la sucesión apostólica.
En su homilía, Mons. Vidal citó la exhortación apostólica de san Juan Pablo II Pastores dabo vobis, como el documento clave que ha marcado la formación en estos veinticinco años y, en continuidad con este documento, el reciente Plan de formación sacerdotal Formar pastores misioneros, como el marco de referencia, junto a toda la Iglesia en España, para seguir adelante con la tarea de la formación de los futuros presbíteros.
En este contexto comentó el número 42 de la Pastores dabo vobis donde dice que “el seminario antes que ser un lugar o un espacio material, debe ser un ambiente espiritual, un itinerario de vida, una atmósfera que favorezca y asegure un proceso formativo, de manera que el que ha sido llamado por Dios al sacerdocio pueda llegar a ser, con el sacramento del Orden, una imagen viva de Jesucristo, Cabeza y Pastor de la Iglesia”. A continuación, fue repasando las etapas formativas señaladas en el plan actual: propedéutica, discipular, configuradora y de síntesis vocacional, citando los objetivos principales de cada una de ellas.
Tras la celebración litúrgica, nos dirigimos al salón de actos del palacio arzobispal donde pudimos disfrutar de un audiovisual en el que los diferentes rectores que ha tenido nuestro Seminario repasaban, sucintamente, los acontecimientos principales de este tiempo. Los que han sido nuestros obispos diocesanos de Alcalá de Henares y los rectores recibieron una bella imagen de María Inmaculada para que sigan pidiendo a la Santísima Virgen que nos conceda abundantes vocaciones.
Concluimos la mañana con una comida fraternal en la que pudimos compartir anécdotas de nuestra propia formación en un ambiente de gozo y gratitud.