Con este motivo, nuestro Administrador apostólico, Mons. Jesús Vidal presidió a las 19:30 una solemne Eucaristía en la Catedral-Magistral en la que tres seminaristas fueron instituidos acólitos dentro de su camino de discernimiento vocacional. Estuvieron acompañados de sus familias y de un nutrido grupo de sacerdotes que concelebraron la Eucaristía.
En su homilía, don Jesús Vidal destacó que la Virgen María recibió una misión de parte del Padre manifestada por el ángel y que, según el relato del evangelio de Lucas, se concentra en: “concebir”, “dar a luz” y “poner el nombre de Jesús”.
Cada uno de nosotros, continuó explicando, estamos llamados a ser una digna morada para el Hijo de Dios, llamados a concebir, a acoger a Cristo en nosotros y dejarle crecer; a entregar a Cristo a los hombres con el testimonio de la Palabra y de la caridad; y a poner el nombre a las cosas, esto es, a reconocer su verdad y su relación con Dios.
Por último suplicó a la Virgen Inmaculada por el aumento de vocaciones al Seminario, que está celebrando en este curso su XXV aniversario, al que calificó como presbiterio en gestación.