Todos los años, a principios de curso, tiene lugar el Envío Diocesano de Catequistas. Este año uno de los asistentes ha redactado una pequeña crónica sobre el envío para que todos puedan conocer cómo se vivió este momento tan especial para aquellos que se dedican a enseñar la Buena Nueva a los que se preparan para recibir los Sacramentos:
«El pasado sábado 28 de octubre tuvo lugar en el Palacio Arzobispal de Alcalá el Envío Diocesano de Catequistas. Fue el primero en el que nos convocó, presidió y envió don Antonio Prieto Lucena.
La jornada comenzó a las 10:30 horas con el rezo de los laudes en la fiesta de los santos apóstoles Simón y Judas Tadeo, en cuyo himno entonamos: «Vosotros, que escuchasteis la llamada / de viva voz que Cristo os dirigía,/ abrid nuestro vivir y nuestra alma / al mensaje de amor que Él nos envía».
Seguidamente, a las 10:30 horas tuvo lugar una interesante charla formativa sobre actuación en casos de abuso impartida por D. José María Viñas, Director de la Oficina Diocesana de Atención a las Víctimas de Abusos, quien nos presentó la actividad de la Oficina y el protocolo de actuación con el que cuenta la Diócesis para actuar en estos casos. Además, se nos recordó que, como catequistas, nuestra labor pasa por «formarnos, prevenir, acompañar, reparar, sanar y pedir perdón».
«El niño descubre la paternidad de Dios a partir de cómo se ejerce la paternidad de su entorno, de ahí la gravedad de los abusos en la familia, en su círculo de confianza y en la Iglesia», nos hizo reflexionar Dña. Pilar Ladrón Tabuenca, miembro de la Oficina Diocesana y Vicedecana del Grado en Derecho y Relaciones Internacionales de la UAH. Además, tuvimos la oportunidad de presentar nuestras dudas e inquietudes al respecto.
El colofón a la jornada, en la que el Delegado de Catequesis, D. Javier Ortega Martín, también aprovechó para presentar el nuevo curso de la Escuela Diocesana de Catequistas, llegó con la celebración de la Santa Misa de Envío, que fue presidida a las 12:30 horas en la Capilla de Palacio por nuestro Obispo, D. Antonio Prieto Lucena.
En su homilía, nuestro Obispo nos llenó de ardor catequético al recordarnos que, «aunque la evangelización no es fácil y, como dice el Evangelio, se nos envía en medio de lobos, nos convoca el mismo amor de Dios, que le falta al mundo, para esparcirlo en todos los ambientes, especialmente con la fuerza del testimonio».
Además, hizo alusión a la fiesta de los apóstoles que celebrábamos: «Pasaron sin dejar gran huella, apenas hay menciones a ellos en los textos sagrados, estuvieron en lo oculto sin pensar en lo extraordinario para ser cimiento de la Iglesia. Eso nos enseña que lo nuestro es sembrar, no recoger, y que la semilla que se pierde es solo la que se queda en la mano».
«La Diócesis os necesita, no dejéis de formaros, entregaros orar y por cada niño, joven o adulto de vuestros grupos», nos exhortó en su bendición de envío.»